Uno de los puntos más importantes a la hora de pensar un personaje para jugar en una partida de un juego de rol es asegurarse de que tenga fortalezas y debilidades claras, que sea interesante, que encaje con el mundo, y que el jugador pueda jugarlo bien. En este artículo te contamos como abordar esos tópicos.
Tiene que tener fortalezas y debilidades
La inmensa mayoría de los juegos de rol parten desde la fantasía de la competencia. Un guerrero en Dungeons & Dragons tiene que brillar como guerrero y destrozar a la mayoría de los enemigos cuando blande su arma. Un ladrón en Blades in the Dark debe poder escabullirse de los ciudadanos comunes de Doskvol. Un espadachín en 7mo Mar debe poder desarmar a siete enemigos al mismo tiempo mientras sonríe saltando entre las mesas de una taberna.
En casi todos los juegos de rol, los personajes deben ser buenos en algo para reforzar la fantasía que el juego intenta crear. Todo personaje debe tener competencias claras y donde pueda destacarse. Un personaje que sea solamente una carga para el resto pronto se vuelve un chiste gastado.
Por otro lado, al ser juegos cooperativos, se debe reforzar también la fantasía de la cooperación. Nadie puede solo. El guerrero no sabe de magia. El ladrón no es bueno peleadon contra los Casacas Rojas, y el espadachín cae presa fácilmetne de las intrigas de los nobles. Por suerte, el esto de los compañeros están ahi para brillar en esos lugares.
Todo personaje necesita tener cosas en las que sea malo. Incluso si el uso de las reglas lo permite, un personaje que pueda opacar en absolutamente todo a sus compañeros rápidamente se vuelve insoportable y monopoliza la dinámica del grupo.
Tiene que ser interesante
¿Qué hace a un personaje interesante? Trasfondo, personalidad, y motivaciones. Las tres, por más breves que sean, bien claras. Esto es hablar prácticamente del pasado, presente y futuro de tu personaje.
El trasfondo debe ser conciso, mostrar directamente por qué el personaje es quien es ahora. Debe ser apropiado para la campaña y el poder del personaje (nada de matadragones). Idealmente debe estar relacionado a la aventura a jugar de alguna forma, para permitirle al narrador atarlo todavía más.
La personalidad del personaje tiene que ser una emanación de su historia. Tiene que evitar caer en tropos que solo funcionan en las películas. Las partidas de juegos de rol son cooperativas, por lo cual los personajes «lobos solitarios» no funcionan. Ser gruñon está bien, pero es contraproducente para la mesa si no permite trabajar con el personaje. Lo mismo ocurre con la paranoia, o el ser en extremo temerarios. La personalidad debe ser proactiva, la de un personaje que vaya a salir a buscar la aventura. Y es responsabilidad del jugador asegurarse de que si hace un personaje para una aventura, el mismo tenga suficiente motivacion como para iniciarla.
Lo cual nos lleva al tercer punto, la motivación. ¿Qué quiere el personaje? Este es uno de los puntos que muchos jugadores no suelen abordar pero que es esencial para tener un personaje que pueda evolucionar. Tener una motivación clara le da a un personaje una dirección, una linea rectora, y también envía un mensaje al narrador de qué es lo que el jugador espera profundizar en la partida.
Que encaje en el juego
Esto es importante para mantener el tono de la partida. Si se va a jugar una partida de Vampiro: La Mascarada sumamente enfocada en la política y explorando el escabroso tema del parasitismo de los vampiros sobre los humanos, hacer un personaje que sea un payaso de circo que utiliza sus poderes para hacer bromas pesadas y que no tiene miedo de ser ejecutado por sus superiores afecta notablemente el tono de la sesión.
El narrador debería dejar en claro el tono que se busca en la sesión cero de una partida, puesto que a veces en los vacío suelen generarse pequeños conflictos a futuro. El jugador debe intentar que su personaje encaje en el tono de la partida para seguir pintando la fantasia agregándole su granito de arena.
Que pueda ser jugado bien
Definir que significa «jugar bien» en los juegos de rol es una temática digna de un ensayo en si mismo. Podríamos hablar horas sobre lo que es o no es jugar bien. Hay algo que la mayoría de los roleros saben notar tras unos años: hay maneras de jugar mal.
Un personaje debe permitir al jugador que lo encarna mantenerse activo en la partida, concentrado en ella, disfrutarla y pasarla bien, y debe permitir todo esto al resto. Debe ser un disfrute para el jugador que lo interpreta y también para sus compañeros.
TL;DR
Un buen personaje debe:
- Tener fortalezas y debilidades claras
- Ser interesante: tener un trasfondo, una personalidad y unas motivaciones claras. Pasado, presente y futuro.
- Encajar en el juego.
- Permitir que se lo pueda jugar bien, disfrutandolo quien lo interpreta pero también sus compañeros de mesa.

